Brillante. Mesurado pero contundente. Sagaz como ninguno. Elegante hasta dando capones. La mayor concentración de (buena) información, en el menor número de palabras. Es Iñaki.
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[[Que quede claro: el título de este blog es una pura provocación. Por si no me conoces o vienes redirigido de algún sitio, yo soy el primero que soy mariquita (también puedes llamarlo gay, homosexual, sarasa, invertido, puto o sodomita: utilizar cualquiera de estas palabras como insulto en pleno siglo xxi te descalifica a ti, no a mí). Aunque yo prefiero decir que soy marica: el nombre es claro y contundente, y normalizar el uso de una palabra que tradicionalmente ha sido una ofensa es la mejor manera de neutralizarla, de quitarle cualquier carga negativa. Si “marica” se emplea con toda naturalidad por los mismos maricas, ¿quién te va a poder insultar?
Cuestiones lingüísticas aparte, el uso de “mariquita” en este título viene a definir un sector de la población homosexual que, si bien ni siquiera es el mayoritario, es el que más perjudica a todos por ser el más visible, estereotipable y caricaturizable. Este sector se caracteriza por la frivolidad permanente, el consumismo masivo, la uniformidad en el vestir y en el hablar, la fijación con el sexo como único —atención, he dicho único, yo le doy la mayor importancia— motor de vida, el egoísmo generalizado, la falta de compromiso político y social.
Sin querer ponerme estupendo ni ultra-profundo —todos tenemos nuestros ratos de necesaria frivolidad— te animo a ser un marica (o medio-marica si eres bisexual; cuarto de marica si te gusta más el pescado que la carne; tres cuartos de marica si cojeas más de un pie que de otro, lo que quieras;-): a procesar y a reafirmar, ya no con orgullo gay, sino con dos cojones —sin armarios, pero sin letreros luminosos que indiquen con quién te acuestas— tu parte homosexual, y a no dejarte llevar en todo momento por las corrientes absurdas de la moda y la estética.
Antes que marica, eres un tío. Y antes que tío, eres persona. Ciudadano. En estas elecciones, no te quedes todo el domingo tirado en el after, como hacen los mariquitas, o sentado en tu nuevo couch abatible, repensando el diseño de interiores de tu casa, como hacen los mariquitas :-). Vota. Vota… como un verdadero marica.]]
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* Esto crece cada día! Os animo a a dejar vuestro comentario aquí –mejor que en otro perfil. ** Explicación del título: parte derecha del blog.
[[Que quede claro: el título de este blog es una pura provocación. Por si no me conoces o vienes redirigido de algún sitio, yo soy el primero que soy mariquita (también puedes llamarlo gay, homosexual, sarasa, invertido, puto o sodomita: utilizar cualquiera de estas palabras como insulto en pleno siglo xxi te descalifica a ti, no a mí). Aunque yo prefiero decir que soy marica: el nombre es claro y contundente, y normalizar el uso de una palabra que tradicionalmente ha sido una ofensa es la mejor manera de neutralizarla, de quitarle cualquier carga negativa. Si “marica” se emplea con toda naturalidad por los mismos maricas, ¿quién te va a poder insultar?
Cuestiones lingüísticas aparte, el uso de “mariquita” en este título viene a definir un sector de la población homosexual que, si bien ni siquiera es el mayoritario, es el que más perjudica a todos por ser el más visible, estereotipable y caricaturizable. Este sector se caracteriza por la frivolidad permanente, el consumismo masivo, la uniformidad en el vestir y en el hablar, la fijación con el sexo como único —atención, he dicho único, yo le doy la mayor importancia— motor de vida, el egoísmo generalizado, la falta de compromiso político y social.
Sin querer ponerme estupendo ni ultra-profundo —todos tenemos nuestros ratos de necesaria frivolidad— te animo a ser un marica (o medio-marica si eres bisexual; cuarto de marica si te gusta más el pescado que la carne; tres cuartos de marica si cojeas más de un pie que de otro, lo que quieras;-): a procesar y a reafirmar, ya no con orgullo gay, sino con dos cojones —sin armarios, pero sin letreros luminosos que indiquen con quién te acuestas— tu parte homosexual, y a no dejarte llevar en todo momento por las corrientes absurdas de la moda y la estética.
Antes que marica, eres un tío. Y antes que tío, eres persona. Ciudadano. En estas elecciones, no te quedes todo el domingo tirado en el after, como hacen los mariquitas, o sentado en tu nuevo couch abatible, repensando el diseño de interiores de tu casa, como hacen los mariquitas :-). Vota. Vota… como un verdadero marica.]]
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